
¡Pero Diego!, ¿ya lo has vuelto hacer?, mira que te gusta ser el protagonista de cada escena. En “Las Lanzas”, todos hablaron de ti, y ahora quieres volver a ser inmortal de otra obra. No sé que va a pensar Felipe IV y Mariana de Austria cuando entren en la sala y te vean reflejado en el encargo que te han hecho.
¡Pon un poco de orden! Y dile a Nicolasito que deje de azuzar al mastín y forme un revuelo, menos mal que Mari Bárbola no es de traviesa como el pequeño Pertusato.
¿Y ahora quién entra en la sala?, pero si es el aposentador José Nieto, ¿qué querrá ahora, quitarte protagonismo?, bueno al menos con la puerta que acaba de abrir dará luz a la sala.
No sé como te puedes concentrar con tanto personaje, la única que ha cogido la posición es la Infanta Margarita, ¡qué, no sé cómo aguanta a Doña Agustina y a Doña Isabel, no se separan de ella!.
Mi querido Diego, tengo la curiosidad de ver como creas tu obra, con tu permiso me voy ha acercar, con tanto personaje en la sala pasaré desapercibida, por qué ¡vaya jaleo, aquí no hay orden!.
Mi ilustre amigo, eres un genio, que delicadeza en los trazos, me gusta cómo acaricias el lienzo con cada pincelada y vas creando realismo con los colores de los óleos. ¡Qué destreza aglutinando pigmentos, creando luminosidad en tu paleta,! Primero el blanco, ahora el magenta, luego el negro, y así masajeando el pincel en el lino, has creado una obra que dará que hablar año tras año, siglo tras siglo.
Me marcho Diego, ha sido un placer ver tu trabajo. Cuando vaya al Prado, recordaré este magnífico momento, y disfrutaré de tu obra maestra, bueno rectifico, disfrutaremos de tu creación todos los que nos paremos frente a “Las Meninas”.
ANÉCDOTA
Este cuadro no siempre fue conocido como «Las meninas«, su título ha ido cambiado a lo largo de los años. En el inventario del Alcázar de 1666 se menciona como «Retrato de la señora emperatriz con sus damas y una enana» y de esta misma forma aparece en los inventarios sucesivos hasta el año 1700. Tras el incendio del Alcázar en la Nochebuena de 1734, aparece citado como «La familia del Señor rey Felipe IV» y cuando se le cita en el nuevo Palacio Real se le titula unánimemente «La familia«. A partir del año 1843 en el catálogo del Museo del Prado, redactado por Pedro de Madrazo, aparece por primera vez con el título de «Las meninas«. Esta denominación hará tal fortuna que permanecerá hasta nuestros días.